jueves, 30 de abril de 2009

Los Barras seguimos siendo parias

Han pasado casi quince años desde la incursión del barrismo como fenómeno social en Colombia, sin embargo los barras seguimos siendo percibidos negativamente, y la sociedad continúa tratándonos como ciudadanos de segunda.

El pasado 12 de abril las expresiones de violencia, comunes en nuestro país, volvieron a evidenciarse en el fútbol; Juan Guillermo Domínguez, jugador del Deportivo Cali, sufrió en su frente un golpe con un elemento contundente cuando el bus en el que se movilizaba el plantel llegaba al estadio el Campin de Bogotá y fue torpemente conducido por en medio de los hinchas de Millonarios que se disponían a entrar a su tribuna; mientras tanto dos hinchas de Nacional, entre ellos un menor de edad, resultaron heridos con arma blanca en la ciudad de Medellín, luego de confusos incidentes durante una protesta, a las afueras del estadio por el mal momento de su equipo.

Dos hechos igualmente vergonzosos, igualmente reprochables, igualmente indeseables; como todos los que manchan nuestro fútbol; tuvieron reacciones y consecuencias totalmente distintas, el motivo: las victimas.

El ataque al jugador del Cali casi provoca la cancelación del partido que debía jugar su equipo, compañeros y colegas se negaban a jugar protestando por lo ocurrido, hasta el punto que fue necesaria; por fortuna para anunciantes, patrocinadores y dueños de derechos de transmisión; la intervención de dirigentes de los clubes que “persuadieron” a sus empleados para que cumplieran con su trabajo y el juego se llevara a cabo en la fecha programada.

El caso de Domínguez también causo manifestaciones de rechazo, casi al unísono, por parte de los medios de comunicación, quienes entrevistaron a los compañeros del agredido, hicieron cubrimientos especiales desde la clínica donde fue atendido, nos contaron su trayectoria como profesional, hablaron con familiares suyos y al día siguiente lo tuvieron como invitado en todas las secciones deportivas de noticieros de tv, periódicos y programas de radio.

La Policía se sumó al club del rechazo a las agresiones en el fútbol, por intermedio del comandante de la institución para Bogotá ofreció una recompensa de 5 millones de pesos por informaciones que ayudaran a identificar y ubicar al agresor. Contrario a la cotidianidad de su funcionamiento, la policía fue efectiva y la medida causo la detención del atacante menos de una semana después de ocurrido el incidente.

Mientras en Bogotá el ataque a un futbolista provocó reacciones de jugadores, prensa y policía para rechazar los hechos y dar con el responsable, en Medellín las agresiones a dos hinchas apenas se reportaron; no hubo intentos de suspender partidos, no nos contaron como evolucionaron los heridos, ni sus amigos ni los testigos presénciales aparecieron en tv contado que paso, no supimos quienes eran las victimas, nadie ofreció recompensas, ningún agresor fue detenido.

La anterior comparación muestra claramente la manera en que es percibida en Colombia la violencia en el fútbol: esta sólo es despreciable, preocupante y tomada en serio cuando las victimas son personas ajenas a las barras; al contrario, cuando los afectados son los mismos barristas, las agresiones se convierten en un simple espectáculo mediático que genera audiencia por lo impactante, pero que ya no provoca siquiera el rechazo del espectador. Incluso la justicia entra en el juego de los medios de comunicación, los únicos casos que consiguen repercusión judicial son los que mojan prensa por su espectacularidad, y generalmente concluyen con condenas desmedidas o hasta injustas que buscan ser ejemplarizantes pero terminan convirtiendo en chivos expiatorios a unos pocos.

En el imaginario colectivo los barristas somos ciudadanos de segunda, hemos cargado desde un inicio con el estigma de vagos, borrachos, drogadictos, vándalos, violentos etc. que minimiza los aspectos positivos de las barras y de cierta manera justifica ante la sociedad el que seamos victimas de nuestra propia violencia (barristas vs barristas); al extremo que cuando un barrista cae en desgracia y la prensa sensacionalista cubre su caso es normal escuchar al común de las personas, y hasta a los mismos barras, reaccionar diciendo “bien hecho, que se maten esos hijueputas”.

Desprecio e indiferencia no son las únicas expresiones de la sociedad hacia los barras, en el último año se han añadido manifestaciones legales e ilegales que nos tienen como objeto; por un lado se dictó la ley 1270 de 2009, "Por la cual se crea la Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol y se dictan otras disposiciones", una legislación represiva que viola los más elementales derechos, como a la intimidad y a la libre asociación; por otro empezamos a ser parte de los perversos “panfletos”, exclusivas listas de grupos de ciudadanos (ladrones, jíbaros, prostitutas, drogadictos, lideres sociales, estudiantes y ahora barras) proclives a ser asesinados por agrupaciones armadas ilícitas.

Luego de una década y media de barras en Colombia hemos logrado avances como la configuración de una identidad propia, cierto grado de organización, renombre a nivel internacional, un crecimiento inusitado y hasta una proyección; sin embargo no conseguimos posicionarnos ante la opinión pública como actores sociales validos, productivos, decisivos e influyentes, ni siquiera como ciudadanos con acceso a los derechos básicos que debe garantizar el Estado.

A los barras el país nos adeuda reconocimiento, nuestro barrismo urge de una reivindicación social, pero esto no depende exclusivamente de los demás, es al interior de cada una de las barras donde debemos establecer que tipo de organizaciones queremos ser y que lugar debemos ocupar en la sociedad que hoy nos rechaza.

Ivan Sandoval

Attake Massivo Pasto


El presente artículo pretende mostrar como la barra Attake Massivo Pasto, ha desarrollado con el paso de los años el concepto de “Barrismo Social, proyectando valores y principios que dan estructura al desarrollo de la juventud de nuestra región. Quiero manifestar de entrada que el presente artículo presenta a la barra desde una perspectiva muy subjetiva y sumamente personal.

La realidad colombiana adolece de una teoría de argumentación “barrista-social” por llamarla de algún modo, que sirva para reconstruir los discursos argumentativos de los operadores colombianos involucrados en el tema. Ello se debe a que en este país a imperado una idiosincrasia que no ha permitido articular adecuada y eficazmente conceptos como: realidad social vigente y normatividad. Haciendo que se pierda la riqueza argumentativa de los diferentes roles sociales involucrados en el tema del barrismo en Colombia. El articulo narra, a partir de la experiencia personal el nacimiento y desarrollo de la barra, invitando a conocernos, como seres por naturaleza sociales, a través de las graderías, concluye con el modelo que según mi punto de vista se debe implementar al interior de las barras con el fin de tener un mayor poder explicativo del fenómeno barrista y de este uso metalingüístico y comunicativo por excelencia del hombre moderno. En especial se resaltaran las virtudes éticas, morales y sociales que genera la verdadera comprensión del barrismo.


En Colombia suele asociarse barrismo con conceptos tan amplios como: alcohol, cocaína, marihuana y muchas otras sustancias que son usadas por el ser humano en la actualidad, de una manera mas frecuente que en años pasados y patologías sociales como: delincuencia, rebeldía y agresividad. El problema radica cuando todos estos comportamientos se generan al interior de unos espacios sociales, como para este caso, los estadios de futbol; entonces, la riqueza de esta práctica discursiva se ve empobrecida por elementos circunstanciales que la rodean y la ignorancia del Estado en esta materia se ve patente no solo en los proyectos del Ley (ya Leyes); sino también en las mismas declaraciones publicas de los representantes del gobierno.

La barra se forma en la ciudad de Pasto dando respuesta a un sentimiento que se venia generalizando en la identidad de los jóvenes patusos, el sentimiento regionalista, la herencia de una raza milenaria y guerrera; la sangre de caudillos como: Atahualpa, Capucigra, Agustín Agualongo se comenzaron a hacer sentir a través desde las tribunas del en ese entonces marginado estadio Libertad, que era una construcción abandonada y vieja, pero que para mi era un templo.

Con el trascurrir de los años se vivieron todo tipo de experiencias y la barra fue creciendo en número y aguante. Con la ampliación del estadio la barra se traslada a norte donde se consigue la primera estrella en primera división, actualmente se encuentra en sur y comienza también a gestarse al interior de los miembros de la misma la idea de conformar una personería jurídica con el fin de darle un enfoque distinto y poder ayudar de forma mas eficiente no solo a nuestros miembros; sino también a la sociedad patusa en general.

Es fundamental reconocer al barrismo como un fenómeno de masas, que como cualquier otra agrupación, maneja unos principios, unas normas de conducta que rigen al barrista y que le permiten identificarse con ese grupo social y formar parte del mismo. La barra Attake Massivo atendiendo a la necesidad de hacerse conocer como un movimiento juvenil, mas que como una barra, propone, a través de sus miembros la resaltacion de virtudes como: cooperación, integración, tolerancia entre otras.

El camino apenas comienza, mas en una sociedad tan caótica como la colombiana. Donde los niveles de ignorancia, violencia y escaso respeto por las diferencia son tan fehacientes. Nuestra barra se muestra como, un modelo en plena gestación de lo que serán los movimientos barritas en un futuro muy próximo.

Experiencias y aprendizajes por monton

En el marco de la visibilización y socialización del proceso del Barrismo Social, dos representantes de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto participaron en el: “campamento juvenil, red de iniciativas y comunidades de paz desde la base.” organizado por el Programa Suizo para la Paz en Colombia -SUIPCOL-.


Un viaje con bastantes dificultades marcó el inicio de nuestra experiencia; luego de ocho horas de retraso, arribamos a la ciudad de Popayán, allí fuimos recibidos cordialmente por CIMA (Comité de Integración del Macizo Colombiano), pero aun cuatro horas de camino por una vía en pésimas condiciones nos separaban de nuestro destino final: Lerma; corregimiento del departamento de Cauca, de clima altamente contrastante y reconocido por los procesos de paz adelantados allí por sus comunidades.

Un campamento improvisado en la escuela del corregimiento nos sirvió como hospedaje. Lejos de las comodidades de la ciudad debimos enfrentarnos a la ausencia de luz, la presencia masiva de insectos y el tener que bañarnos diariamente en comunidad. Esfuerzos que eran recompensados por la deliciosa comida preparada por las mujeres de la comunidad. Nuestra seguridad estaba a cargo de la guardia indígena.

Los asistentes, todos jóvenes que no sobrepasábamos los 22 años, provenientes de diversas ciudades del país, llevábamos experiencias de paz, cada uno desde sus contextos. Indígenas, negritudes, mujeres, y grupos culturales socializamos nuestras propuestas en los múltiples ejercicios de intercambio saberes, círculos de la palabra y procesos de reflexión, que se dieron a lo largo del encuentro, esto nos permitió un enriquecimiento mutuo. Nuestra propuesta, el Barrismo Social, fue muy bien recibida, se calificó como innovadora, pertinente e importante para la construcción de Paz en nuestro país.

Lo anterior dio como resultado la construcción de una agenda regional y nacional, la cual por medio de acciones concretas pretende contribuir al fortalecimiento de cada uno de los procesos participantes con el fin de tener un mayor impacto social en la transformación de las realidades colombianas.

Agradecemos la invitación a este campamento juvenil, y esperamos seguir haciendo parte de éstos espacios de intercambio que enriquecen nuestro proceso y contribuyen a nuestro objetivo de dar a conocer el Barrismo Social como alternativa juvenil.

Mary Ruiz

El reconocimiento del jóven, el abandono y la barra

La mala organización y planeación educativa, la noción popular y errada de adolescencia que considera a los jóvenes como organismos que sólo generan conflictos, una sociedad con diferencias sociales muy marcadas que hacen de los sectores menos favorecidos las cloacas de cuanta problemática social hay, son sólo unas cuantas de las causas que marginan al individuo entre los catorce y veinticinco años de los pocos procesos estatales y comunales que le permitan crear para su vida un sentido socialmente aceptable.

Es así como el adolescente, en su afán natural de generar una identidad que valide su presencia en este mundo, empieza a buscar, con asomos de desespero, ese algo con lo cual identificarse, crecer y hasta defender. En ese proceso de búsqueda se topa con individuos que al igual que él se sienten excluídos de todo sistema social, a causa del abandono estatal del que han sido víctimas desde su niñez, y se empiezan a conglomerar en las denominadas “Tribus Urbanas” que para ellos se convierten en los espacios en los que pueden desarrollarse a plenitud, sin diferenciación de sexo, raza o estrato, conquistado allí de una u otra forma el reconocimiento que la sociedad les negó.

El estadio de fútbol abrió sus puertas a varios de estos grupos de jóvenes olvidados que encontraron en las tribunas populares de dichos campos deportivos el asilo perfecto que les permitiría, organizados bajo la denominación de “Barras” alcanzar esa identidad que buscaban con tanto ahínco y ese reconocimiento por fortalecerse como grupo.

Por otro lado, Andres Recaesens, sociólogo de la Universidad de Chile los distingue de los otros dos actantes asistentes a un partido de fútbol que son: “los hinchas que se identifican con un equipo en particular y los espectadores para los que el fútbol es tan sólo un espectáculo deportivo mientras que los barristas defienden, a muerte si es necesario, los símbolos de la institución a la cual siguen tales como el escudo, el color de la camiseta y la cancha donde juegan como locales, acentuándose así algunos particularismos que permiten identificar a las Barras Bravas como entes culturales definidos y no como puñados de jóvenes sin control alguno”

Además de lo anterior, el objetivo de las barras es hacerle sentir a los equipos que hay gente que los sigue y por ello exigir, por medio de cantos , resultados positivos que les permita afianzar hacia un reconocimiento más alto por parte de los medios de comunicación y sociedad en general, haciéndose ver como la combinación del éxito: la mejor barra con las más destacadas salidas, mayor cantidad de banderas, rollos, extintores junto al club con los resultados más sobresalientes a lo largo del torneo que esté en curso; pero como el nivel de un equipo de fútbol no es siempre el mejor existen, para la barra o se han generado otros medios para la obtención de la tan anhelada fama y el glorioso reconocimiento, entre esos métodos está el uso de la violencia, bastante estigmatizada por los medios de comunicación pero que en la mayoría de los casos está impulsada por el morbo de ellos mismos. Evento que entenderá líneas más abajo.

Ahora, para hablar de la violencia en la barra brava es necesario anotar que en un ambiente tribunero o en cualquier campo de interacción intenso de masas un estado emocional se propaga fácilmente, es decir un fuerte emoción se propagará a cientos y hasta miles de asistentes que contagiados por el estímulo (euforia propiciada por ejemplo por una pequeña contienda que puede terminar en una batalla campal) desencadenan actos violentos, haciendo honor al conocido refrán : “¿pa´dónde va Vicente? pa´donde va la gente”. Aparte de situaciones como el juego sucio, el resultado del partido y la fuerza pública que se ha convertido en un enemigo común de todas las barras dado el maltrato al que los barristas se ven sometidos. Es importante aclarar que dentro del conflicto que se presenta en las barras hay dos componentes desencadenantes que permiten aclarar muchos de sus comportamientos y no quedar en simples apreciaciones a la hora de evaluar sus actos. Uno es el choque de pasiones antagonistas con barras contrarias por el simple hecho de representar diferentes intereses y el otro la manipulación de los medios de comunicación de masas, que como lo rescata Recaesens en su Diagnóstico Antropológico a las Barras Bravas “los medios sólo buscan estimular la atención del público generando una serie de sentimientos…”. Sentimientos y reacciones generadas que comprenderemos en los siguientes párrafos.

Por un lado cada barra se constituye como monolítica e indivisa para poder entenderse a sí misma como una totalidad exclusiva, es decir, excluyente de las otras barras que vendrían siendo los enemigos, punto de partida para conflictos con otros movimientos juveniles del mismo tipo, evento que desintegra aún más la sociedad debido a una especie de narcisismo que genera cada agrupación provocando más violencia y choques de pasiones divergentes. Por otro lado, los medios bombardean al público con comentarios insinuosos sobre cada equipo del partido próximo a jugarse “provocando la discusión apasionada entre personas interesadas en el partido a disputarse, es sin duda uno de los objetivos de la publicidad que se hace de éste. Es preciso provocar tales rondas de conversaciones entre oyentes y espectadores potenciales, sobre todo con incitaciones de tipo emocional para los auditorios de orientación recreativa. Y mientras más efectivas son resultan más efectivas con auditorios jóvenes que son los más vulnerables a las orientaciones acentuadamente emocionales”. Es así como los medios intervienen y aumentan la tensión entre los barristas seguidores de cada uno de los bandos participantes de los cotejos futuros a disputarse provocando choques no sólo en las canchas, sino en los barrios extendiendo el conflicto a otras zonas, todo eso previo y durante el encuentro . Además de generar violencia de esa manera los medios satanizan los actos de las barras, ese amarillismo mediático se convierte en el trampolín perfecto para que esas agrupaciones tengan un reconocimiento que no reciben ni en sus comunidades y menos en muchas de sus familias , así sea por estos medios socialmente mal vistos.

Pero ese reconocimiento que se quiere alcanzar no sólo se busca por medio de la violencia, también se hace por medio del evento más importante, la fiesta que se hace en la tribuna, los cantos, los trapos, las coloridas bienvenidas a sus equipos cuando con la camiseta puesta saltan a la cancha, los espectáculos pirotécnicos completamente autogestionados por los miembros de la barra y seguir al club en la cancha donde esté así sea necesario cruzar fronteras, son entonces los medios más eficientes para afianzar su identidad y convertirse en el espectáculo y centro de atención de personas, que tal vez, allá afuera ni siquiera los vean y los sientan como alguien en la sociedad , es sólo la cancha el lugar el lugar donde se les otorga una significación , lo que para ellos es una victoria que los ata cada vez más y más a esa pasión, haciendo del estadio el único lugar donde no se sienten excluidos y que les genera una verdadera motivación.

Es notable, con lo visto hasta ahora, lo vulnerable que es esa juventud que ha sido olvidada en cierta parte por los gobiernos y sus comunidades, lo fácil que es de condicionar, característica generacional que bien conducida haría de los jóvenes importantes actantes de las comunidades en las que habitan , pero como eso no pasa dirigen todas sus energías y emociones a la barra brava y a a su equipo, y no le estoy restando importancia a su grupo juvenil, sino por el contrario, ese medio podría ser utilizado para erradicar la violencia y por qué no disminuir los niveles de consumo de drogas y alcohol provocando cambios sociales evidentes desde su campo de acción.

El descontento por el abandono al que están sometidos los envía a buscar el reconocimiento a toda costa, evento que hay que empezar a hacer más útil, hacer de los jóvenes un grupo de edad importante que produzca demás de fiestas en las canchas importantes cambios y avances en la sociedad.

Además, erradicar el narcisismo de cada barra e impulsar el reconocimiento de los otros grupos como entes igualmente validos y disminuir entonces los índices de violencia por los choques de pasiones antagonistas y reduciendo así el accionar manipulador de los medios.

En conclusión la juventud no es más que un ente potencial para el cambio social, con amplías energías para ello pero que por abandono estatal no se materializa. Así mismo, buscar la solución de las problemáticas no acabando las barras ni generando reglamentaciones que coarten el libre desarrollo de la personalidad ni el uso de expresiones culturales diferentes de la corriente política de momento sino sabiendo encausar el aguante y las fuerzas de la juventud, y que ese encause no signifique el aumento de la represión sino en saber utilizar esas agru-pasiones en pro de la misma sociedad que los marginó, empezar a generar una cultura de barrismo social aplicado que actué no sólo en función del equipo que alimenta sus sentimientos, sino por sus propios compañeros con problemas serios de uso de drogas o delincuencia. El método habrá que estudiarlo y deberá ser responsabilidad del estado que en un trabajo mancomunado junto a las organizaciones o fundaciones de barras produzcan documentos que afiancen los trabajos a favor de los grupos de jóvenes organizados como las barras; por ahora hay algo seguro y evidente y es que las barras son un foco potencial de posibles futuras soluciones y que esos miles de jóvenes olvidados, dependiendo del manejo que se les de, y manejo no es manipulación sino respeto por su cultura y opciones de acción dentro de la sociedad, representan o representarán cambios notables en nuestra sociedad y recalco, la solución no es acabar con las tribus urbanas porque qué sería de sus integrantes, que son muchísimos, sin su razón de ser.

¡Unidad en la diversidad y respeto por los grupos de edad!

Momia - Disturbio Rojo Bucaramanga

El Clásico de las Pasiones



¡Así se vive un clásico!, exclamación empleada por parte de muchos que ven la fiesta del fútbol alrededor del mundo, un clásico cambia de motivo, de historia, de carnaval, pero nunca de pasiones.

En el mundo existe un ranking de los 10 clásicos mas emotivos del espectro futbolístico, muchos de ellos denotados y determinados por una historia, un antecedente que hace que este carnaval se sienta mas que cualquier otra fecha, uno de estos es Boca Juniors v. River Plate.

Este espectáculo deportivo concentra la atención de las grandes masas no sólo en Argentina, sino en muchos países del mundo. Es reconocido por muchos por la pasión expresada por parte de los aficionados tanto durante el partido como en la previa.

El clásico de las pasiones.

Esta rivalidad comenzó a principios del siglo XX, cuando dichos clubes compartían el barrio de la Rivera.

River y Boca nacieron en una misma cuna: el barrio porteño de La Boca. Se fueron haciendo grandes de a poco, entre dificultades y carencias. Sin embargo, la tenacidad de sus jóvenes integrantes pudo más y ambos llegaron a ser los colosos que son hoy en día.

El primer enfrentamiento del que se tienen registros se produjo el 2 de agosto de 1908 en la canchita que los xeneizes tenían en la Dársena Sur. Sólo se sabe que los locales ganaron 2-1, porque las crónicas de la época no le daban mayor importancia a ese juego que los "ingleses locos" habían introducido en el país a través del puerto de Buenos Aires.

Alegrías Riverplatenses.

- El máximo goleador del clásico es el riverplatense Ángel Labruna con 22 tantos, 16 en partidos oficiales y 6 en amistosos.
-El primero en conseguir ese preciado objetivo fue River, cuando el 19 de noviembre de 1933 lo derrotó por 3-1, que le impidio a los boquenses llegar al titulo.
-La máxima goleada del clásico fue ocasionada por River el 19 de octubre de 1941, partido en que la famosa “La Maquina” aplastó 5-1 al eterno rival, con goles de Moreno, Labruna, Pedernera y Deambrossi.
-El 8 de noviembre de 1942, los millonarios logran un empate 2-2 en la Bombonera que les significa el campeonato tras ir en desventaja 2-0 al finalizar el primer tiempo. River dio la vuelta olímpica en la cancha de su eterno rival tras empatar con dos goles de Pedernera.
-El 8 de diciembre de 1955, River se consagra nuevamente campeón en la Bombonera, tras ir perdiendo 0-1 en el primer tiempo, da vuelta el partido en dos minutos.
-El 10 de febrero de 1966 se enfrentaron por primera vez por una copa internacional. Fue en la Copa Libertadores de América, donde River consiguió alzarse con la victoria: 2-1 en el Monumental.
-El famoso partido recordado como el de la "pelota naranja" es el del 6 de abril de 1986, el gran día de Norberto Alonso, quien tras anotar 2 goles con una pelota de ese color le dio el triunfo a River.
-El 11 de diciembre de 1994, River, dirigido por Américo Gallego y que se consagraría como campeón invicto, se dio el gusto de darle a Boca uno de las mayores exhibiciones de la historia en la Bombonera derrotándolo por 3-0 con goles de Ariel Ortega, Marcelo Gallardo y Enzo Francescoli.
-El 23 de marzo de 1997 se dio otro clásico de resultados cambiantes. Boca vencía claramente a River en el Monumental por 3-0 en el primer tiempo. Incluso Roberto Bonano le atajó un penal a Roberto Pompei cuando las cosas estaban 2-0 y Diego Latorre perdió varias ocasiones favorables para aumentar la diferencia. Cuando finalizaba el primer tiempo, Sergio Berti conseguía un estimulante descuento para River. La reacción definitiva llegaría en el segundo tiempo a través de un contragolpe de Facundo Villalba y finalizaría con un cabezazo sobre el final de Celso Ayala. -El duelo terminó 3-3 e incluso el mediocampista Leonel Gancedo desperdició una clarísima oportunidad de ponerse 4-3.
-El 10 de marzo del 2002, River volvió a ganar en la Bombonera luego de 8 años sin triunfos como visitante. Con Ramón Ángel Díaz como director técnico, el conjunto de Núñez venció sin problemas 3-0 con una recordada "vaselina" del lateral izquierdo Ricardo Rojas y sacó una ventaja decisiva sobre Boca para el resto del torneo.
-El 16 de mayo de 2004 River, que llegaba al partido dos puntos por debajo de Boca, gana en la Bombonera 1-0 con gol de Fernando Cavenaghi. El partido le dio a River una ventaja que lo llevaría a ser campeón.


Alegrías Boquenses.


-Al cabo de 18 años Boca pudo resarcirse de aquella goleada de 1941. Fue el 19 de mayo de 1959 cuando en la Bombonera, con goles de José Yudica, Osvaldo Nardiello, Juan José Rodríguez y Pedro Mansilla acabaron con su contrincante por el mismo resultado, 5-1. Más tarde, en 1982, volvería a repetir pero esta vez en el estadio Monumental.
-Un penal tan recordado que le ataja Antonio Roma a DelemUno de los más recordados por el conjunto xeneize, fue el del 9 de diciembre de 1962, ese día Boca llegaba como único líder, y River todavía con chances de arrebatarle el título, Boca ganó el partido y se consagró campeón en la fecha siguiente.
-El 14 de diciembre de 1969 volvieron a enfrentarse en la final del torneo, ambos con chances. Boca le llevaba 2 puntos a River, pero el 2-2 final dejó a los últimos con la espina nuevamente. Lo más destacado de este encuentro fue que Boca pudo disfrutar de una vuelta olímpica frente a su eterno rival en su propio estadio.
-Día recordado por el debut de Carlos María García Cambón con 4 goles. El del 3 de febrero de 1974 fue especial no sólo porque Boca goleó 5-2, sino porque además fue el clásico con mayor cantidad de goles convertidos por un mismo jugador..
-El 22 de diciembre de 1976 se disputó la única final de la historia entre los clásicos rivales. El escenario fue la cancha de Racing y Boca se consagró campeón del Torneo Nacional al vencer 1-0. El gol lo convirtió Rubén Suñé tomando por sorpresa a Ubaldo Fillol mediante la rápida ejecución de un tiro libre directo.
-El 10 de abril de 1981 fue el primer superclásico de Diego Armando Maradona. El famoso argentino anotó un gol durmiendo la pelota con el empeine y luego desparramando al portero Ubaldo Fillol en el área chica. Luego, con dos goles de Miguel Brindisi Boca se llevaría el 3-0 que le dio el envión que más tarde le valió el Metropolitano 81.
-El 3 de julio de 1982 Boca volvería a repetir el resultado de la goleada de aquel 1959: 5-1, con goles de Oscar Ruggeri, Ricardo Gareca en dos oportunidades y Carlos Córdoba con otros dos.
-Durante la década de 1990 Boca llegó a sumar la racha más amplia de la historia: 13 partidos (entre amistosos y oficiales) consecutivos sin perder contra su archirrival, consiguiendo triunfos que parecían imposibles, sobre todo teniendo en cuenta que estos años vinieron llenos de títulos riverplatenses. Una de esas victorias impensadas se produjo en un partido de primera ronda de la Copa Libertadores 1991. Después de arrancar 2-0 abajo y estar 3-1, Boca lo dio vuelta y lo ganó 4-3 con goles de Blas Giunta, Víctor Marchesini y Diego Latorre (2), quién metió el último gol del partido de tijera.
-El 14 de Julio de 1996 volvió a ser fiesta boquense. A partir de la gran actuación de Claudio Paul Caniggia, quien marcó 3 goles, uno de ellos luego del rebote de un penal malogrado por Diego Maradona, derrotó 4-1 a River.
-Para ratificar la enorme racha positiva xeneize de la década del 90, está el partido del Apertura 96, un emotivo partido en el que River venía de ganar todo tipo de títulos y Boca atravesaba una larga racha negativa con una sequía de campeonatos desde 1992.
-El 24 de mayo del 2000 fue uno de los días más felices para Boca en la historia de los superclásicos, tras caer 2-1 en la ida de los Cuartos de Final de la Copa Libertadores, derrotó a su archirival 3-0 en la Bombonera, con el recordado gol de Martín Palermo que volvía a jugar después de seis meses de recuperación de una rotura de ligamentos en la rodilla. No sólo eliminó a su rival de la competencia, luego salió campeón de América y comenzó una época dorada de la mano de Carlos Bianchi.
-El 23 de noviembre de 2003, en el Superclásico correspondiente al torneo Apertura de ese mismo año, Boca se impone a los 42´ del primer tiempo con gol de cabeza de Sebastián Battaglia y luego uno de los goles más recordados por la gente xeneize, el gran gol del brasileño Pedro Iarley quien regateó con una bicicleta a los defensas Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio para sacar un remate cruzado, duro y colocado que el arquero Franco Costanzo no logró rechazar. Boca venció por 2 a 0 y dejó en la cuerda floja al técnico chileno Manuel Pellegrini, quien renunciaría al mes siguiente.
-Las semifinales de la Copa Libertadores 2004, además de la gran relevancia de la competición, pasarán a la historia por ser la primera vez que sólo se deja ingresar al público local en cada uno de los encuentros como medida de seguridad preventiva. Boca había derrotado a River por 1-0 en la ida en la Bombonera con gol de Rolando Schiavi de cabeza después de un centro desde la derecha. En el Monumental, River se adelantó con gol de Lucho González al inicio de la segunda parte pero, a 5 minutos del final, Carlos Tévez empató y provocó a la parcialidad local imitando a con sus gestos a una gallina, actitud que le costaría la expulsión. Inesperadamente en el descuento, el defensor Cristian Nasuti volvió a poner a River en ventaja y la situación se resolvería en los penales, donde venció Boca nuevamente, tras el remate de Maxi López atajado por el pato Abbondanzieri.
-El 26 de marzo de 2006 se produjo un empate a 1 en La Bombonera conseguido por los xeneizes en tiempo de descuento. Guillermo Barros Schelotto, quien no era tenido en cuenta por el técnico Alfio Basile, ingresó faltando muy poco para el cierre del partido y a los 46 minutos de la segunda etapa realizó una gran jugada que culminó en penal tras el cruce del defensor paraguayo Julio César Cáceres. El encargado de ejecutarlo fue Martín Palermo, quien al convertir cortó su racha sin goles en los Superclásicos desde su vuelta a Boca.
-El 4 de mayo de 2008 Boca le ganó a River en la Bombonera después de 3 años (Boca 2 - River 1, Clausura '05).
-El 19 de octubre de 2008 Boca Juniors volvió a ganar en el Monumental luego de 5 años. Durante casi todo el segundo tiempo, Boca jugó con uno menos debido a la expulsión de Hugo Ibarra. Sin embargo, River no pudo crear situaciones claras de gol y el juvenil Lucas Viatri de cabeza, tras un centro de Juan Román Riquelme, marcó el tanto que le dio el segundo superclásico consecutivo a Boca.

Así como se han traido alegrías a la grama, la tribuna, la ciudad, el país, el mundo, el 23 de junio de 1968, jugaron en el Monumental en el torneo interno que quedó con un opaco 0-0. Sin embargo, este encuentro no sería recordado por el aspecto futbolístico. Luego de finalizado el partido se produjo la peor tragedia en la historia del fútbol argentino. En su retirada del estadio, los simpatizantes visitantes se encontraron con una trampa mortal en la Puerta 12. Nunca se supo exactamente si los portones estaban cerrados, si la policía reprimió y no dejó salir o si ambos factores se combinaron, pero la presión de la gente que intentaba inútilmente retirarse, atrapó a cientos de personas entre avalanchas de público y provocó 71 muertos. El hecho quedó impune y nunca más nadie, ni siquiera los dirigentes boquenses, siguieron investigando el caso judicialmente, aun así la pasión vive en cada instante, aun en partidos donde su eterno rival no se encuentra.

El último clásico jugado este año arrojó un empate, luego de un juego propositivo y ante todo dándole a los hinchas aun mas detalles para que se enamoren de sus clubes, mostrando buen fútbol, calidad y pasión.


Cuando se puso precio a la pasión

Hace un tiempo, en epoca navideña del año inmediatamente anterior, cuando el equipo del pueblo llego a la final en Cali, muchos seguidores de la mechita, volvimos a sentir de nuevo la cercania a la gloria, lo que nos hizo pensar en viajar a ver al equipo que nos despierta esa endiablada pasion escarlata, que no distingue estrato social, condición sexual, ni racial, entre otras. Por el contrario, es un sentimiento que nos une como seguidores del Ámerica de Cali, sin importar nada mas o por lo menos asi lo creia.

Para la mencionada temporada navideña, muchos seguidores americanos, que por diversos motivos, no hemos podido seguir la mechita como en los viejos tiempos, nos vimos obstruidos para ir a ver la estrella 13 en vivo y en directo, puesto que ademas de los revendedores, la misma hinchada bogotana, de la que hacemos parte desde su inicio en el año 1995, se apodero de las boletas indiscriminadamente, dándoles un uso con fines de tinte político, recordandonos el "paraiso pirata", que llamamos Colombia, en donde reina la ley del mas "vivo", motivo por el cual, para acceder a una boleta, deberiamos comprar el paquete de viaje completo, sin tener la entrada fija, porque esto dependia de la voluntad política del organizador del viaje.

Por lo anterior, una fracción de la hinchada americana de Bogotá, decidimos hacernos a un lado de nuestra antigua familia, no con fines de rivalizar, sino de crear un ámbito propicio para que nuestro grupo pueda seguir alentando a la mecha, sin llegar a chocar con otras ideologias manejadas por nuestros antiguos compañeros, las cuales son producta de su elección imagino yo, como en toda organización, en donde se supone hay algo de democracia.

Para concluir, quiero tratar el punto que inspira este texto, que no es otra que, llamar a la reflexión, a los amantes del fútbol, que permitimos que el monstruo del capitalismo ataque a la pasión de un pueblo y peor en estos dias en los que hemos visto caer este modelo monstruoso llevándos a la clase trabajadora por delante. Nosotros con nuestro cómplice silencio, dejamos que la avaricia se adueñe de nuestros mas profundos sentimientos, sometiéndolos a una dominación infame, que ya no es solo monopolio de las grandes corporaciones, sino también de los mismos líderes de las barras, que ven un pueblo sumiso, el cual solo se calma con el viejo ideal romano de "pan y circo", para tener calmadas a las mal llamadas "masas". Tal vez esto solo sea una réplica del país, que a su vez es un producto de la cultura occidental o como la llama un gran maestro, la cultura judeo-cristiana-greco-romano-moderno-canibalesca.

En fin, solo nosotros, todos y cada uno de los interesados en el tema, podemos cambiar las cosas, involucrandonos en lo concerniente a la organización de nuestros grupos, para así, lograr cambiar las cosas de raiz.

Gonzalo Enrique Checa. "Los Malditos 95"

38 Años de Fe

Desde Cartagena un corresponsal de ROMPEOLAS.INFO nos cuenta como es ser hincha del equipo record en títulos de la B en el fútbol colombiano, también el que mas veces descendió. Todo esto ante la apasionada, pero apacible mirada de sus seguidores.

Muchos se reirán de este texto por su peculiar contenido, pero si analizamos bien es casi la misma historia que se viene dando una y otra vez en los clubes del fútbol colombiano, aun después de sus casi 61 años de historia.

Este escrito lo he llamado “38 años de fe” , tiempo de existencia de mi club; porque en realidad ser hincha de un equipo que tiene 3 títulos profesionales de la primera B, me refiero a la CORPORACION DEPORTIVA REAL CARTAGENA, es UN ACTO DE FE.

¿Que tiene que ver esto con las Barras?

Mucho diría yo, y esa misma pregunta deberían habérsela hecho muchos de los que hoy somos estigmatizados con el rótulo de “barras bravas” en Colombia. En teoría, si analizamos las estructuras de las verdaderas barras bravas del sur del continente, se supone deberíamos tener dominio e influencia sobre todo lo que se mueve alrededor de nuestros equipos, pero no es así. Hoy día ninguna Barra en Colombia tiene injerencia directa sobre las decisiones del club, ni es accionista del mismo, ni cuenta con estructuras que sostengan algún tipo de trabajo al interior de la misma Barra, por lo menos.

Partiendo de esto debemos ser conscientes de que la función de un Barra no es simplemente asistir a los partidos de visitante o local, de solo reducirse a hacer una labor de logística o de manejo de las situaciones en cada encuentro. Ser un Barra es: ser un doliente del equipo, porque somos los que realmente vemos con tristeza cada mal paso dado al interior del club, somos los que lloramos.

¿Cuanto valemos, cuanto exigimos?

En el caso de la institución de la que soy hincha, el Real, vivimos 3 descensos de la Primera Categoría y aun así la gente no dice nada. Es porque no estamos enamorados de la causa, y esta causa debe marcar un sendero, y ese sendero no es solo mi equipo el que lo debe armar sino todos los clubes del fútbol colombiano. En los clubes profesionales de las distintas categorías en Colombia ningún hincha tiene hoy definido si el año que viene va a tener un buen equipo, o que va a hacer el club con la plata que se gana, ni siquiera como es el manejo de los equipos actualmente y, lo mas grave aun, es que en pleno 2009 no sabemos en realidad quienes son los dueños de los clubes del fútbol colombiano.

En nuestro país para los clubes un Barra solo significa los 12.000 pesos que paga, en promedio, por cada encuentro al que asiste, que multiplicados por la totalidad de las tribunas populares da una cantidad impórtate de dinero cada domingo; eso se traduce en una sola frase: SOMOS UNA CIFRA. Esa cifra, si se pone en función de algo, puede ejercer control y también puede ejercer presión; pero no agrediendo a otros colombianos que también viajan a cada ciudad de este país a alentar a su equipo, sino resistiéndonos a los malos manejos de los clubes, presionando a las administraciones locales y nacionales para que entiendan que con la REPRESIÓN no van a acabar este presente que vivimos hoy los barristas de Colombia.

¿Qué nos queda a los Barras?

Debemos aprovechar que en esa ley de represión (1270 de 2009) que aprobó el gobierno; en cabeza de ese gomelo (el Honorable Parlamentario Nicolás Uribe), y en la que algunos Barras logramos que se incluyera una pequeña luz llamada BARRISMO SOCIAL; sea utilizada para la construcción de unas verdaderas dinámicas que nos ayuden a cambiar el estigma (violentos, drogadictos, vagos etc.) al que nos condenaron los medios de comunicación y la opinión pública. Ser reconocidos como sujetos de participación, de construcción de identidad y respeto hacia los demás, incluso como miembros de las juntas directivas de los clubes, para ya no tener que aguantarnos a estos señores dirigentes que no son dolientes del fútbol si no mercenarios de los sentimientos ajenos.

Así que señor $12.000 pesos piense el mal que usted, por quedarse callado, le hace a su equipo; y si piensa que solo acompañándolo a todos lados ya soluciono este mal se equivoca. El equipo lo necesita señor $12.000, entienda que el día que usted no este va a hacer falta, y no quedara otra solución que la democratización de estos clubes que hoy alentamos y que decimos AMAR como un compromiso más grande que el sagrado matrimonio.


AGUANTE A ESTE ACTO DE FE LLAMADO REAL CARTAGENA.