jueves, 30 de abril de 2009

38 Años de Fe

Desde Cartagena un corresponsal de ROMPEOLAS.INFO nos cuenta como es ser hincha del equipo record en títulos de la B en el fútbol colombiano, también el que mas veces descendió. Todo esto ante la apasionada, pero apacible mirada de sus seguidores.

Muchos se reirán de este texto por su peculiar contenido, pero si analizamos bien es casi la misma historia que se viene dando una y otra vez en los clubes del fútbol colombiano, aun después de sus casi 61 años de historia.

Este escrito lo he llamado “38 años de fe” , tiempo de existencia de mi club; porque en realidad ser hincha de un equipo que tiene 3 títulos profesionales de la primera B, me refiero a la CORPORACION DEPORTIVA REAL CARTAGENA, es UN ACTO DE FE.

¿Que tiene que ver esto con las Barras?

Mucho diría yo, y esa misma pregunta deberían habérsela hecho muchos de los que hoy somos estigmatizados con el rótulo de “barras bravas” en Colombia. En teoría, si analizamos las estructuras de las verdaderas barras bravas del sur del continente, se supone deberíamos tener dominio e influencia sobre todo lo que se mueve alrededor de nuestros equipos, pero no es así. Hoy día ninguna Barra en Colombia tiene injerencia directa sobre las decisiones del club, ni es accionista del mismo, ni cuenta con estructuras que sostengan algún tipo de trabajo al interior de la misma Barra, por lo menos.

Partiendo de esto debemos ser conscientes de que la función de un Barra no es simplemente asistir a los partidos de visitante o local, de solo reducirse a hacer una labor de logística o de manejo de las situaciones en cada encuentro. Ser un Barra es: ser un doliente del equipo, porque somos los que realmente vemos con tristeza cada mal paso dado al interior del club, somos los que lloramos.

¿Cuanto valemos, cuanto exigimos?

En el caso de la institución de la que soy hincha, el Real, vivimos 3 descensos de la Primera Categoría y aun así la gente no dice nada. Es porque no estamos enamorados de la causa, y esta causa debe marcar un sendero, y ese sendero no es solo mi equipo el que lo debe armar sino todos los clubes del fútbol colombiano. En los clubes profesionales de las distintas categorías en Colombia ningún hincha tiene hoy definido si el año que viene va a tener un buen equipo, o que va a hacer el club con la plata que se gana, ni siquiera como es el manejo de los equipos actualmente y, lo mas grave aun, es que en pleno 2009 no sabemos en realidad quienes son los dueños de los clubes del fútbol colombiano.

En nuestro país para los clubes un Barra solo significa los 12.000 pesos que paga, en promedio, por cada encuentro al que asiste, que multiplicados por la totalidad de las tribunas populares da una cantidad impórtate de dinero cada domingo; eso se traduce en una sola frase: SOMOS UNA CIFRA. Esa cifra, si se pone en función de algo, puede ejercer control y también puede ejercer presión; pero no agrediendo a otros colombianos que también viajan a cada ciudad de este país a alentar a su equipo, sino resistiéndonos a los malos manejos de los clubes, presionando a las administraciones locales y nacionales para que entiendan que con la REPRESIÓN no van a acabar este presente que vivimos hoy los barristas de Colombia.

¿Qué nos queda a los Barras?

Debemos aprovechar que en esa ley de represión (1270 de 2009) que aprobó el gobierno; en cabeza de ese gomelo (el Honorable Parlamentario Nicolás Uribe), y en la que algunos Barras logramos que se incluyera una pequeña luz llamada BARRISMO SOCIAL; sea utilizada para la construcción de unas verdaderas dinámicas que nos ayuden a cambiar el estigma (violentos, drogadictos, vagos etc.) al que nos condenaron los medios de comunicación y la opinión pública. Ser reconocidos como sujetos de participación, de construcción de identidad y respeto hacia los demás, incluso como miembros de las juntas directivas de los clubes, para ya no tener que aguantarnos a estos señores dirigentes que no son dolientes del fútbol si no mercenarios de los sentimientos ajenos.

Así que señor $12.000 pesos piense el mal que usted, por quedarse callado, le hace a su equipo; y si piensa que solo acompañándolo a todos lados ya soluciono este mal se equivoca. El equipo lo necesita señor $12.000, entienda que el día que usted no este va a hacer falta, y no quedara otra solución que la democratización de estos clubes que hoy alentamos y que decimos AMAR como un compromiso más grande que el sagrado matrimonio.


AGUANTE A ESTE ACTO DE FE LLAMADO REAL CARTAGENA.

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