jueves, 30 de abril de 2009

Los Barras seguimos siendo parias

Han pasado casi quince años desde la incursión del barrismo como fenómeno social en Colombia, sin embargo los barras seguimos siendo percibidos negativamente, y la sociedad continúa tratándonos como ciudadanos de segunda.

El pasado 12 de abril las expresiones de violencia, comunes en nuestro país, volvieron a evidenciarse en el fútbol; Juan Guillermo Domínguez, jugador del Deportivo Cali, sufrió en su frente un golpe con un elemento contundente cuando el bus en el que se movilizaba el plantel llegaba al estadio el Campin de Bogotá y fue torpemente conducido por en medio de los hinchas de Millonarios que se disponían a entrar a su tribuna; mientras tanto dos hinchas de Nacional, entre ellos un menor de edad, resultaron heridos con arma blanca en la ciudad de Medellín, luego de confusos incidentes durante una protesta, a las afueras del estadio por el mal momento de su equipo.

Dos hechos igualmente vergonzosos, igualmente reprochables, igualmente indeseables; como todos los que manchan nuestro fútbol; tuvieron reacciones y consecuencias totalmente distintas, el motivo: las victimas.

El ataque al jugador del Cali casi provoca la cancelación del partido que debía jugar su equipo, compañeros y colegas se negaban a jugar protestando por lo ocurrido, hasta el punto que fue necesaria; por fortuna para anunciantes, patrocinadores y dueños de derechos de transmisión; la intervención de dirigentes de los clubes que “persuadieron” a sus empleados para que cumplieran con su trabajo y el juego se llevara a cabo en la fecha programada.

El caso de Domínguez también causo manifestaciones de rechazo, casi al unísono, por parte de los medios de comunicación, quienes entrevistaron a los compañeros del agredido, hicieron cubrimientos especiales desde la clínica donde fue atendido, nos contaron su trayectoria como profesional, hablaron con familiares suyos y al día siguiente lo tuvieron como invitado en todas las secciones deportivas de noticieros de tv, periódicos y programas de radio.

La Policía se sumó al club del rechazo a las agresiones en el fútbol, por intermedio del comandante de la institución para Bogotá ofreció una recompensa de 5 millones de pesos por informaciones que ayudaran a identificar y ubicar al agresor. Contrario a la cotidianidad de su funcionamiento, la policía fue efectiva y la medida causo la detención del atacante menos de una semana después de ocurrido el incidente.

Mientras en Bogotá el ataque a un futbolista provocó reacciones de jugadores, prensa y policía para rechazar los hechos y dar con el responsable, en Medellín las agresiones a dos hinchas apenas se reportaron; no hubo intentos de suspender partidos, no nos contaron como evolucionaron los heridos, ni sus amigos ni los testigos presénciales aparecieron en tv contado que paso, no supimos quienes eran las victimas, nadie ofreció recompensas, ningún agresor fue detenido.

La anterior comparación muestra claramente la manera en que es percibida en Colombia la violencia en el fútbol: esta sólo es despreciable, preocupante y tomada en serio cuando las victimas son personas ajenas a las barras; al contrario, cuando los afectados son los mismos barristas, las agresiones se convierten en un simple espectáculo mediático que genera audiencia por lo impactante, pero que ya no provoca siquiera el rechazo del espectador. Incluso la justicia entra en el juego de los medios de comunicación, los únicos casos que consiguen repercusión judicial son los que mojan prensa por su espectacularidad, y generalmente concluyen con condenas desmedidas o hasta injustas que buscan ser ejemplarizantes pero terminan convirtiendo en chivos expiatorios a unos pocos.

En el imaginario colectivo los barristas somos ciudadanos de segunda, hemos cargado desde un inicio con el estigma de vagos, borrachos, drogadictos, vándalos, violentos etc. que minimiza los aspectos positivos de las barras y de cierta manera justifica ante la sociedad el que seamos victimas de nuestra propia violencia (barristas vs barristas); al extremo que cuando un barrista cae en desgracia y la prensa sensacionalista cubre su caso es normal escuchar al común de las personas, y hasta a los mismos barras, reaccionar diciendo “bien hecho, que se maten esos hijueputas”.

Desprecio e indiferencia no son las únicas expresiones de la sociedad hacia los barras, en el último año se han añadido manifestaciones legales e ilegales que nos tienen como objeto; por un lado se dictó la ley 1270 de 2009, "Por la cual se crea la Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol y se dictan otras disposiciones", una legislación represiva que viola los más elementales derechos, como a la intimidad y a la libre asociación; por otro empezamos a ser parte de los perversos “panfletos”, exclusivas listas de grupos de ciudadanos (ladrones, jíbaros, prostitutas, drogadictos, lideres sociales, estudiantes y ahora barras) proclives a ser asesinados por agrupaciones armadas ilícitas.

Luego de una década y media de barras en Colombia hemos logrado avances como la configuración de una identidad propia, cierto grado de organización, renombre a nivel internacional, un crecimiento inusitado y hasta una proyección; sin embargo no conseguimos posicionarnos ante la opinión pública como actores sociales validos, productivos, decisivos e influyentes, ni siquiera como ciudadanos con acceso a los derechos básicos que debe garantizar el Estado.

A los barras el país nos adeuda reconocimiento, nuestro barrismo urge de una reivindicación social, pero esto no depende exclusivamente de los demás, es al interior de cada una de las barras donde debemos establecer que tipo de organizaciones queremos ser y que lugar debemos ocupar en la sociedad que hoy nos rechaza.

Ivan Sandoval

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tal, a ustedes los invito al blog pasioncapitalina.blogspot.com me interesa volver a contactar con la gente de la fundación.. un saludo mi correo: pasioncapitalina@gmail.com

Anónimo dijo...

Saludos,

Me gustaria contactar directamente via e-mail con ustedes, quiero hacer un proyecto de grado destacando los aspectos positivos del barrismo; por que si que los tiene. En Colombia no veo otra iniciativa como la suya.

Si les interesa; por favor contactarme a silvacaos@hotmail.com (Carlos)

Gracias.